El manga no deja de ser una versión de la típica historieta, cómic o tebeo, un relato que se cuenta usando una combinación de dibujos y palabras, a la que se han añadido elementos y recursos estilísticos propios de la cultura japonesa para dar lugar a una entidad propia y diferenciada.
Quizá lo que lo hace el manga tan atractivo para el público occidental es su fuerza expresiva, el carisma de sus personajes y la existencia de géneros que están ausentes o han sido muy poco tratados en el cómic occidental. Aunque suele ser el trabajo individual de un dibujante, cuando la historia se dirige a un público adulto, la obra suele ser realizada conjuntamente por un dibujante y un guionista, experto en el tema que se va a desarrollar.
El manga educativo aprovecha los recursos expresivos del medio para entretener a los lectores y, al mismo tiempo, proporcionales información precisa, facilitando la comprensión de temas y términos difíciles de entender. Se trata de un género con una larga trayectoria que ha permitido acercar el manga al público general al mismo tiempo que contribuía a la popularización del conocimiento en ámbitos tan dispares como la historia, la ciencia, la economía o la religión.
Podemos observar que desde hace mucho hay indicios en nuestro país de la utilización de estos medios para la enseñanza y difusión de la cultura, demostrando así que puede ser una buena alternativa de herramienta para los que se dedican a la educación, siendo efectiva y atractiva a su vez, anclándose del subconsciente y de un supuesto entretenimiento para transmitir mensajes positivos dentro de la educación y enseñanza.
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